El barbero de Sevilla

Por José Octavio Sosa

– “En 1966, para las celebraciones del Centenario del Teatro Degollado de Guadalajara, Jalisco, se llevó a escena con un elenco formado por Sherrill Milnes, que un año antes lo había cantado en la ciudad de México con enorme éxito, la soprano Ernestina Garfias, Plácido Domingo en su única incursión rossiniana personificando al “Conde Almaviva”, y los bajos Spiro Malas y Noel Jan Tyl, bajo la batuta de Eduardo Mata y la dirección escénica de Carlos Díaz Du-Pond.”

El 29 de junio de 1827 el célebre tenor español Manuel García se presentó en México, en el Teatro Provisional, apenas comenzada la incubación de una serie de conflictos nacionalistas, cantando Il barbiere di Siviglia acompañado en el reparto por Waldek (Figaro), su esposa Joaquina Briones de García (Rosina) y por su hijo Manuel García Jr. (Basilio). Aquel debut de tan celebérrimo artista no produjo el éxito que los empresarios esperaban porque el público, que a su ignorancia añadía el odio por todo lo que oliese a español, armó un escándalo en el teatro porque la ópera se cantaba en italiano.

García, que se mantuvo firme y no cantó en español, idioma que por otra parte casi tenía olvidado por haberse educado en Francia y en Inglaterra, no pudo doblegar al respetable público que no asistió más al teatro. Once años antes, junto con la contralto Geltrude Righetti Giorgi, habían estrenado mundialmente esta ópera de Rossini en el Teatro Argentina de Roma, bajo la dirección del propio compositor.

Il barbiere di Siviglia se había estrenado ya en nuestro país cuatro años antes de este suceso, el 21 de septiembre de 1823 en el Coliseo Nuevo de México; este título ha subsistido con éxito en diversos escenarios del país desde su primera representación en el Palacio de Bellas Artes en 1937, cuando cantaron Angelo Pilotto (Figaro), María Teresa Santillán (Rosina), Carlos Mejía (Almaviva), Luis G. Saldaña (Bartolo) y Francisco Alonso (Basilio), bajo la dirección musical de Umberto Mugnai.

Como no pretendo escribir sobre todas y cada una de las representaciones de esta ópera en el Palacio de Bellas Artes, sí reseñaré concisamente algunas de las celebradas en este escenario, por ejemplo, destacando las funciones de 1938 cuando cantaron Ángel R. Esquivel, Evangelina Magaña, Carlos Mejía, Eduardo Lejarazu y Carlos Amparán; las de la temporada 1943 con el barítono Daniel Duno, la soprano Hilde Reggiani y los tenores Bruno Landi y Eugene Conley, quienes alternaban el rol del Conde de Almaviva.

Por supuesto las tres representaciones de 1949 que engalanaron Enzo Mascherini, Giulietta Simionato, Giuseppe Di Stefano, Gerhard Pechner y Cesare Siepi y las no menos atractivas de 1953 con Robert Merrill, Graciela Rivera, Landi, Salvatore Baccaloni y Nicola Rossi-Lemeni o las de 1958 donde cantaron Ettore Bastianini, Ernestina Garfias, Agostino Lazzari, Fernando Corena y Rossi-Lemeni.

En la década de los sesenta Il barbiere se escenificó con Franco Iglesias, Conchita Domínguez, Carlos de Orduña, Humberto Pazos y Pedro Gardós (196l), dos años después con Chester Ludgin, Garfias, John Alexander, Lawrence Davidson y Arnold Voketaitis y en 1965 en las voces de Sherrill Milnes, Isabel Rivas, Alfredo Sadel, Renato Cesari y Federico Davià.

En 1966, para las celebraciones del Centenario del Teatro Degollado de Guadalajara, Jalisco, se llevó a escena con un elenco formado por Sherrill Milnes, que un año antes lo había cantado en la ciudad de México con enorme éxito, la soprano Ernestina Garfias, Plácido Domingo en su única incursión rossiniana personificando al “Conde Almaviva”, y los bajos Spiro Malas y Noel Jan Tyl, bajo la batuta de Eduardo Mata y la dirección escénica de Carlos Díaz Du-Pond.

En la temporada de 1971 bajo la dirección musical de Salvador Ochoa, esta ópera fue cantada por Marco Antonio Saldaña y Franco Iglesias, que alternaban en el papel de Figaro, Graciela Saavedra y Belén Amparán en la Rosina, el tenor Rafael Sevilla y los bajos Salvador Palafox y Rogelio Vargas y en 1976, con una traducción al español de Cristián Caballero, en las voces del barítono Pablo Elvira, Angélica Dorantes, Rafael Sevilla, Pazos y Palafox.

Durante los años ochenta dos puestas en escena conformaron las temporadas respectivas, la de 1981 que interpretaron Marco Antonio Saldaña, Cristina Ortega, Francisco Araiza, Palafox y Vargas y en 1987 con Arturo Nieto y Óscar Sámano, Cristina Ortega y Estrella Ramírez, Flavio Becerra y César Baldenegro, Pazos y Enrique Leff.

Las más recientes representaciones de este título sucedieron en 1994 y 2007. La primera con puesta en escena de Juan lbáñez y dirección musical de Alfredo Silipigni donde cantaron Manuel Lanza y Gerardo Castillo, Ramón Vargas y Raúl Hernández, Encarnación Vázquez, Stefano de Peppo y Rosendo Flores, y hace cinco años el barítono George Petean, Nancy Herrera y Carla López Speziale, los tenores Brian Stucky y Rogelio Marín, Arturo Rodríguez y Enric Serra como Don Bartolo, Rosendo Flores en el Basilio y Gabriela Thierry como Berta, bajo la batuta de Marco Balderi y puesta en escena de Willy Landin.

El Barbero de Sevilla, ópera en dos actos con libreto en italiano de Cesare Sterbini, basado en la comedia homónima de Pierre-Agustin de Beaumarchais, y música de Gioachino Rossini, se presentará en el Palacio de Bellas Artes los días 14, 16, 18 y 21 de octubre de este 2012 (martes y jueves, 20.00 horas, domingos 17.00 horas) bajo la batuta de Marco Balderi y la dirección escénica de Juliana Faesler.

 Elenco: José Adán Pérez (Fígaro), Javier Camarena (Conde de Almaviva), Cassandra Zoé Velasco y Guadalupe Paz (Rosina), Stefano de Peppo (Don Bartolo), Carsten Wittmoser (Don Basilio), Celia Gómez (Berta), Amed Liévanos (Fiorello-Sargento).

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